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jueves, 4 de septiembre de 2014

Expectativas Ambientales

… ¿Cómo es posible comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? No somos dueños de la frescura del aire, ni del reflejo del agua. Cada partícula de esta tierra es sagrada, cada brillante aguja de pino, cada grano de arena de las playas, cada gota de rocío de los sombríos bosques, el zumbido de cada insecto... La savia que asciende por los árboles lleva consigo el recuerdo de los antepasados... Los ríos son nuestros hermanos que sacian nuestra sed, por tanto, hay que tratarlos con dulzura, como se trata a un hermano… La voracidad acabará por devorar la tierra, no dejando atrás más que un desierto… No hay silencio en las ciudades. No hay ningún lugar donde escuchar cómo se abren las hojas de los árboles o el zumbido de los insectos. ¿De qué sirve la vida si no podemos escuchar el grito solitario de un ave, ni las querellas nocturnas de las ranas al borde de la charca?… El aire es precioso, pues todos los seres comparten el mismo aliento: el animal, el árbol, el hombre..., todos respiramos el mismo aire. El hombre parece no notar el aire que respira. Como un moribundo que agoniza desde hace muchos días, es insensible a la pestilencia… ¿Qué sería del hombre sin los animales? Si los animales desaparecieran el hombre también moriría, porque lo que le suceda a los animales, también pronto le ocurrirá al hombre. Todas las cosas están relacionadas entre sí. Lo que afecte a la tierra, afectará también a los hijos de la tierra, la tierra es nuestra madre, si los hombres escupen a la tierra, se escupen a sí mismos, la tierra no pertenece al hombre, sino el hombre a la tierra…Todo está relacionado como la sangre que une a una familia… Cuando todos los animales hayan sido sacrificados, los caballos salvajes domados, los misteriosos rincones del bosque profanados por el aliento agobiante de muchos hombres y se atiborren de cables parlantes la espléndida visión de las colinas... ¿dónde estará el bosque? Habrá sido destruido. ¿Dónde estará el águila? Habrá desaparecido. Y esto significará el fin de la vida y el comienzo de la lucha por la supervivencia… 
Fragmentos de la Carta del Jefe Piel Roja Seattle 
1885